En esa lluvia de ideas que os pedía el otro día para responder a la pregunta Qué sabemos de las bebidas energéticas hay un poco de todo: ideas bien informadas, falsas creencias, leyendas urbanas y «taurinas»…De todo. Ahora os propongo que intercambiéis vuestras tarjetas y busquéis buena información para responder a una de las cuestiones que a vuestros compañeros/as les interesa saber sobre estas bebidas. Aquí tenéis algunos recursos para empezar a investigar.
¿Qué dice la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN)?
En las tareas anteriores hemos visto como el término deporte nos evoca palabras e imágenes muy diversas que representan parte de las creencias, valores y significados que le atribuimos. Recordad que a todo eso lo llamábamos imaginarios.
Pero estos imaginarios ofrecen sólo una realidad parcial, una visión incompleta y sesgada del deporte. Siempre quedan fuera otras realidades más marginales que no llegamos siquiera a conocer o que no las comprendemos demasiado bien porque no cuentan con el interés de los medios de comunicación masivos, como puede ser el deporte popular u otras realidades que pueden dar lugar a situaciones problemáticas del deporte que generan exclusión o violencia (dopaje, corrupción, explotación infantil, etcétera).
Ahora os propongo una nueva tarea donde desafiar vuestras propias creencias, cuestionar vuestros imaginarios y asumir que desconocemos muchas realidades del deporte que no se nos muestran en los medios, o que quizá nunca nos hemos detenido a observar de forma crítica. Vamos a problematizar el deporte.
¿Qué significa problematizar?
Reflexionar, cuestionar; pensar de forma crítica, creativa, ética.
¿En qué consiste la tarea?
A partir de vuestras imágenes y textos de la tarea anterior, tenéis que identificar una situación-problema del deporte que os interese y que creáis que también es relevante resolver en la sociedad. Buscad una situación que os movilice a encontrar soluciones más justas, más sostenibles, más éticas en definitiva. Esa situación, al ser abordada y resuelta de un modo distinto, supondría una transformación de la realidad deportiva tal y como la conocemos hasta ahora.
Recordad, no basta con hacer referencia al problema, hay que enunciarlo de forma clara y concreta; sed cuidadosos con el lenguaje y escoged bien las palabras. Podéis describir el problema en unas pocas líneas.
Aquí tenéis un ejemplo de una situación-problema que una alumna de 1ºESO identificó el curso pasado y que enunció así: :
Podemos hacerlo de diversas formas. Una de ellas es haciendo una lista lo más amplia posible de interrogantes sobre ese tema que nos ocupa. Preguntas que nunca fueron hechas o que a menudo no se hacen; algunas podrían ser estas:
¿A quién o quiénes beneficia y perjudica?
¿Qué tipo de intereses hay detrás?
¿Qué implicaciones o impacto tiene en el medio ambiente?
¿Invisibiliza, excluye o margina a las personas?
¿Qué tipo de pensamientos o dinámicas sociales fomenta?
Etc.
Otra estrategia que ayuda a detectar una situación-problema consiste en pensar en un marco o un proyecto mayor que nosotros mismos; es decir, pensar dejando de vernos como «el ombligo del mundo». De este modo, nos preguntaríamos cómo esa realidad del deporte afecta a otras personas, a mi vecindario, a mi pueblo o incluso a la humanidad. Puede que eso que a nosotros nos produce fascinación también provoque desigualdad, explotación, invisibilización o negocios sucios. Vamos a investigarlo.
Fuentes:
MARIÑO RUEDA, Carlos Fernando. Problematizar: acción fundamental para favorecer el aprendizaje activo. Polisemia, No. 17, 40-54. Bogotá, ISSN: 1900-4648. Enero-junio de 2014.
«Cada Movimiento Cuenta» es el lema de la campaña que acompaña a las recomendaciones de la OMS.
La práctica de actividad física es un pilar esencial en la promoción de la Salud Pública (aquella que nos atañe como miembros de una colectividad, de una población). Lo es no sólo por su valor preventivo frente a la enfermedad, sino también como práctica que genera bienestar (mental, social, físico, incluso espiritual). Hace unas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró las nuevas recomendaciones de práctica de actividad física para el conjunto de la población mundial. Son orientaciones generales, sencillas y basadas en evidencias científicas, por lo que podemos considerarlas una referencia útil.
Os dejo un resumen gráfico de aquellas que van dirigidas a vosotras/os; y a continuación un par de documentos con más información que podéis descargar y compartir con vuestra familia.
¿Merece la pena dedicar tiempo a pensar si lo que leemos o escuchamos es fiable?
La respuesta parece clara si no queremos ser personas fácilmente manipulables. Pero además, si tenemos en cuenta que con frecuencia los primeros resultados de búsqueda en internet aparecen por un sistema de pago de algunas empresas para dirigir nuestras decisiones, entonces es recomendable que lo hagamos.
Por tanto, ¿cómo saber si todas esas afirmaciones, argumentos y datos con que nos encontramos en internet son rigurosas y fiables? Cuestionando la información. Al principio nos llevará un poco de tiempo, pero con la práctica, aprenderemos a hacerlo de forma natural y rápida.
Algunas preguntas que podrían ayudarnos a decidir si las fuentes de información a las que tenemos acceso en internet son válidas podrían ser:
Sobre la autoría del texto
¿Quién es la autora o autor del texto? ¿es un colectivo de personas?
¿Qué formación o experiencia de conocimiento tiene sobre el tema?
¿La persona o entidad que proporciona esta información podría tener razones o intereses para convencernos, mentir o manipular la información?
Sobre la calidad de la información del texto
¿Es una información basada en una labor de investigación?
¿En qué pruebas y argumentos se basan las afirmaciones del texto?
¿Cuándo fue escrito? ¿Crees que la fecha de publicación de la fuente es importante en el tema que estás tratando?
Otros buenos hábitos:
No confiar ciegamente en páginas o portales editables: wikis, cuentas personales, blogs, etc.
Revisar más de una fuente. Eso nos permitirá contrastar la información y determinar con más criterio su fiabilidad.
Prestar atención al tipo de organización que publica esa información: .com (comercial); .edu (educativa); .org (organización); .gov (gobierno).
A veces, puede que la mejor respuesta sea «No podemos saber si la información es fiable».
Fuentes:
Biblioteca Ciències Socials Gregori Maians. Universitat de València. Criterios de evaluación de la fuente de información.
FORNAS, Ricardo (2003). Criterios para evaluar la calidad y fiabilidad de los contenidos en internet. Revista Española de Documentación Científica. Vol. 26 Núm. 1.
SWARTZ, Robert, et al. (2008). El aprendizaje basado en el pensamiento. Ediciones SM.