Fútbol3: normas con valor

Si las normas las pensamos y acordamos ente todas y todos siempre tienen más valor; eso es lo que estamos aprendiendo a hacer en el fútbol3. Además, recordad que el fútbol3 nació para mejorar situaciones que nos afectan, así que esas normas deberían estar encaminadas a proponer soluciones a un tema o problema concreto. Cuando jugamos en clase, en ocasiones ocurren cosas que no nos gustan. En esta ocasión pondremos toda nuestra energía en encontrar respuestas a esta pregunta:

¿Qué normas podemos crear para que los compañeros/as con menos experiencia en el fútbol tengan más oportunidades de participar en el juego y se diviertan más?

  • Que los compañeros/as con menos experiencia en el fútbol saquen todas las faltas, fueras de banda, córners, etc. (Norma propuesta por el equipo de Aitana Pineño de Haro, 1º ESO_B).
  • Si un jugador/a mete más de dos goles, a partir del tercero, sería un punto para el equipo contrario. Eso hace que los que mejor juegan tengan que pasar más el balón (Norma propuesta por el equipo de Diego García-Retamero 1º ESO_B).

Felicidades y muchas gracias por estas propuestas tan interesantes. Seguimos.

Hacer una pelota de fútbol –callejero–

Hay tantas formas de construir una pelota como seamos capaces de imaginar; os propongo meternos en la piel de un artesano/a para pensar y trabajar como él/ella lo haría:

1. Investigamos

Antes que nada debemos buscar inspiración, conocer los materiales y las técnicas manuales empleadas a lo largo de la historia.

  • Qué pelotas se empleaban en los juegos que dieron origen al fútbol.

Cuju (China, hace más de 2200 años). Se jugaba con una pelota de cuero cosido rellena de plumas, pelo enrollado o salvado de arroz. También se podían hacer de lana de seda o bordadas a mano. Os dejo más información pinchando aquí y aquí.

Arriba: Niños jugando a Cuju. Pintura de la dinastía Song. Autor: Su Hanchen. Abajo: Pelotas de Cuju hechas de cuero y rellenas.
Pelotas de Cuju hechas con lana de seda y bordados.

Kemari (Japón, s. XVI d.C.). Creado a partir del Cuju chino. La pelota del kemari se llama Mari; medía de 23 a 25 centímetros de diámetro y estaba hecha de cuero de ciervo rellena de serrín.

Arriba: Juego de Kemari bajo los cerezos en flor. Siglo XVIII. Artista desconocido. Abajo: Pelota de kemari.
  • Cómo es el balón de fútbol más antiguo encontrado hasta ahora.

Esta pelota se construyó alrededor de 1540 y fue encontrada en la Cámara de la Reina en el Castillo de Stirling (Escocia). Su tamaño es la mitad que el de una pelota de fútbol actual. El núcleo está compuesto por una pelota de criquet alojada dentro de una vejiga de cerdo que permite que se infle. La funda está hecha de cuero grueso que ha sido cosida desde el interior para que rebote y ruede más suavemente. La superficie ahora tiene algunas costuras más debido a las reparaciones.

Smith Art Gallery and Museum en Stirling.
  • El arte callejero de las pelotas que se construyen a día de hoy en muchas partes de África.
La fotógrafa Jessica Hilltout en su proyecto AMEN encontró todo tipo de balones hechos a mano en su recorrido por diferentes países de África. Conoce la historia de algunos de estos balones aquí.

En el siguiente vídeo tenéis un ejemplo del modo en que este chico construye la suya.

  • Si tenéis la oportunidad, preguntad a los mayores de vuestras familia. Quizá ellos/as construían sus pelotas cuando eran pequeños.
  • ¿Habéis buscado en internet? Probad a hacerlo también en inglés: How to make a soccer ball?

2. Construímos

Después de investigar y buscar inspiración podéis haceros algunas preguntas:

  • ¿Cómo imagino mi balón? ¿De qué tamaño, dureza, colores…? Un dibujo podría ayudarte a visualizarlo.
  • ¿Qué materiales tengo en casa que podría reutilizar para su construcción? ¿Tengo papel de periódico, tela, trapos, bolsas, camisetas viejas, lana, cuerdas…?
  • Encontrad un lugar tranquilo, bien iluminado y donde os encontréis cómodos/as para poder concentraros. Preparad todas las herramientas y el material que vayáis a utilizar.
  • Nos ponemos manos a la obra:
    • Empezamos creando el núcleo. Podemos utilizar una pelota vieja, un ovillo de lana, etc.
    • Pensamos a continuación en las diferentes capas que vamos a ir superponiendo, el modo de hacerlo y las características que va a aportar cada capa a nuestra pelota: dureza, rebote, tamaño, peso.
    • Aplicamos la última capa teniendo en cuenta que ésta determinará el aspecto y estética final de nuestra pelota.
    • Realizamos el cierre: trenzado de cuerda, cinta, pegado, cosido, etc.
  • Evita utilizar materiales muy contaminantes, como el papel de aluminio.
  • Practica varias técnicas y modos de hacer hasta encontrar la que te parezca mejor. La práctica o el oficio –como lo llaman los artesanos/as– es la clave de un buen trabajo.

3. Jugamos

  • Es hora de poner a prueba vuestra pelota, y la mejor forma de hacerlo es jugando con los amigos/as. No pasa nada si después hay que hacer ajustes o reparaciones.

4. ¿De dónde vienen los balones que compramos?

Si miramos detenidamente un balón suele aparecer impreso en letra muy pequeña el país donde ha sido fabricado: Pakistán, India, China, Thailandia, Indonesia, Bangladesh… Lo más seguro es que provenga de estos países o de otros de la misma región de Asia. Allí se encuentran la fábricas de las marcas que todos/as conocemos. No siempre estas marcas respetan los derechos y la dignidad de sus trabajadores/as; incluso han llegado a utilizar niños y niñas en la fabricación de balones.

En los últimos años, gracias a las organizaciones que defienden los derechos de los niños y niñas, hay cada vez menos trabajo infantil como el que vemos en este vídeo. Debemos aspirar a que no haya ni un solo niño o niña trabajando en una fábrica, y podemos contribuir a conseguirlo.

¿Cómo podemos hacerlo?

Cuando vayamos a comprar un balón, podríamos mirar antes dónde se ha fabricado e informarnos, con la ayuda de un adulto, a través de estas organizaciones https://ropalimpia.org o https://cleanclothes.org/ si esa marca emplea o no trabajo infantil en la fabricación de sus productos. La marca de los balones que hemos comprado este año en el instituto no indican su procedencia, por eso vamos a escribir una carta a la empresa pidiendo esa información.

¡Mucho ánimo con vuestras pelotas!