¿Quién no conoce la derrota, el error, el fracaso? Aparecen a menudo para recordarnos que estamos aprendiendo continuamente. La actividad que os propongo aquí pretende explorar su significado y valor a través de las reflexiones de varios autores y de un ejercicio de introspección. Aprender del fallo, esta es la idea.
Turquía, Estambul. 2019. Estudiantes juegan en el patio de una escuela. Imagen perteneciente a la serie «Hafiz: The Guardians of Quran» de Sabiha Çimen.
En esta experiencia de aprendizaje sobre juegos populares y tradicionales también vamos a hacer historia. Haremos algo que se denomina historia oral, que consiste en reconstruir el pasado recurriendo a la memoria y a las experiencias vividas por nuestros mayores. Les entrevistaremos y escucharemos sus recuerdos de infancia. Esta tarea nos enseñará mucho sobre cómo estas personas jugaron, pensaron, sintieron, vivieron y construyeron su mundo.
Hacer historia oral es un encuentro, un regalo. Es un modo de decir a nuestros mayores que queremos escucharles y que nos interesan sus historias. Y también es un regalo para nosotros/as recibir sus testimonios cargados de sentimientos y sabiduría.
¿Cómo hacer nuestra entrevista de historia oral?
Una entrevista no es una conversación espontánea, requiere planificación y aprender algunas estrategias. Conocer a Cole Kawana os va a ayudar en esta tarea (pinchad sobre su nombre para ver sus tutoriales).
¿Qué haremos con nuestros trabajos?
Crear un archivo audiovisual de juegos populares y tradicionales que irá creciendo cada año y que podrá ser consultado por cualquier persona interesada en el tema.
El mejor modo de preservar los juegos populares es jugándolos, así que también practicaremos algunos a los que nunca hemos jugado.
La lengua de signos es la lengua natural de las personas sordas y/o de aquellas que tienen dificultad para hablar. Como ya hemos aprendido, gracias a la Asociación ASPAS · Ciudad Real, es una lengua gestual, manual y visual que tiene su propia gramática y que cumple las mismas funciones que cualquier otra lengua. También sabemos que no existe una lengua de signos universal, y que cada país o región ha desarrollado la suya de acuerdo a sus necesidades y usos culturales.
Aprender la lengua de signos española (LSE) es un paso importante para superar las barreras comunicativas que a veces nos separan de otras personas; y también es una manera de facilitar que las personas sordas accedan a los mismos derechos y recursos que las personas oyentes.
Os propongo un reto sencillo: Ser capaces de presentarnos en LSE. Puede que algún día este ejercicio se convierta en el primer paso para hacer un nuevo amigo o una nueva amiga.
Pinchad en la imagen de abajo para acceder al alfabeto dactilológico y a los signos básicos de la LSE.
Si tuviera que escoger un texto sobre el origen del deporte –tal y como hoy lo conocemos– que no fuera muy extenso, y que abordara el tema de un modo crítico y riguroso, me quedaría con éste que escribe Raúl Sánchez García en su libro Las cuatro heridas del deporte moderno (libro incluido en el club de lectura).
Hay tantas formas de construir una pelota como seamos capaces de imaginar; os propongo meternos en la piel de un artesano/a para pensar y trabajar como él/ella lo haría:
1. Investigamos
Antes que nada debemos buscar inspiración, conocer los materiales y las técnicas manuales empleadas a lo largo de la historia.
Qué pelotas se empleaban en los juegos que dieron origen al fútbol.
Cuju (China, hace más de 2200 años). Se jugaba con una pelota de cuero cosido rellena de plumas, pelo enrollado o salvado de arroz. También se podían hacer de lana de seda o bordadas a mano. Os dejo más información pinchando aquí y aquí.
Arriba: Niños jugando a Cuju. Pintura de la dinastía Song. Autor: Su Hanchen. Abajo: Pelotas de Cuju hechas de cuero y rellenas.
Pelotas de Cuju hechas con lana de seda y bordados.
Kemari (Japón, s. XVI d.C.). Creado a partir del Cuju chino. La pelota del kemari se llama Mari; medía de 23 a 25 centímetros de diámetro y estaba hecha de cuero de ciervo rellena de serrín.
Arriba: Juego de Kemari bajo los cerezos en flor. Siglo XVIII. Artista desconocido. Abajo: Pelota de kemari.
Cómo es el balón de fútbol más antiguo encontrado hasta ahora.
Esta pelota se construyó alrededor de 1540 y fue encontrada en la Cámara de la Reina en el Castillo de Stirling (Escocia). Su tamaño es la mitad que el de una pelota de fútbol actual. El núcleo está compuesto por una pelota de criquet alojada dentro de una vejiga de cerdo que permite que se infle. La funda está hecha de cuero grueso que ha sido cosida desde el interior para que rebote y ruede más suavemente. La superficie ahora tiene algunas costuras más debido a las reparaciones.
Smith Art Gallery and Museum en Stirling.
El arte callejero de las pelotas que se construyen a día de hoy en muchas partes de África.
La fotógrafa Jessica Hilltout en su proyecto AMEN encontró todo tipo de balones hechos a mano en su recorrido por diferentes países de África. Conoce la historia de algunos de estos balones aquí.
En el siguiente vídeo tenéis un ejemplo del modo en que este chico construye la suya.
Si tenéis la oportunidad, preguntad a los mayores de vuestras familia. Quizá ellos/as construían sus pelotas cuando eran pequeños.
¿Habéis buscado en internet? Probad a hacerlo también en inglés: How to make a soccer ball?
2. Construímos
Después de investigar y buscar inspiración podéis haceros algunas preguntas:
¿Cómo imagino mi balón? ¿De qué tamaño, dureza, colores…? Un dibujo podría ayudarte a visualizarlo.
¿Qué materiales tengo en casa que podría reutilizar para su construcción? ¿Tengo papel de periódico, tela, trapos, bolsas, camisetas viejas, lana, cuerdas…?
Encontrad un lugar tranquilo, bien iluminado y donde os encontréis cómodos/as para poder concentraros. Preparad todas las herramientas y el material que vayáis a utilizar.
Nos ponemos manos a la obra:
Empezamos creando el núcleo. Podemos utilizar una pelota vieja, un ovillo de lana, etc.
Pensamos a continuación en las diferentes capas que vamos a ir superponiendo, el modo de hacerlo y las características que va a aportar cada capa a nuestra pelota: dureza, rebote, tamaño, peso.
Aplicamos la última capa teniendo en cuenta que ésta determinará el aspecto y estética final de nuestra pelota.
Realizamos el cierre: trenzado de cuerda, cinta, pegado, cosido, etc.
Evita utilizar materiales muy contaminantes, como el papel de aluminio.
Practica varias técnicas y modos de hacer hasta encontrar la que te parezca mejor. La práctica o el oficio –como lo llaman los artesanos/as– es la clave de un buen trabajo.
3. Jugamos
Es hora de poner a prueba vuestra pelota, y la mejor forma de hacerlo es jugando con los amigos/as. No pasa nada si después hay que hacer ajustes o reparaciones.
4. ¿De dónde vienen los balones que compramos?
Si miramos detenidamente un balón suele aparecer impreso en letra muy pequeña el país donde ha sido fabricado: Pakistán, India, China, Thailandia, Indonesia, Bangladesh… Lo más seguro es que provenga de estos países o de otros de la misma región de Asia. Allí se encuentran la fábricas de las marcas que todos/as conocemos. No siempre estas marcas respetan los derechos y la dignidad de sus trabajadores/as; incluso han llegado a utilizar niños y niñas en la fabricación de balones.
En los últimos años, gracias a las organizaciones que defienden los derechos de los niños y niñas, hay cada vez menos trabajo infantil como el que vemos en este vídeo. Debemos aspirar a que no haya ni un solo niño o niña trabajando en una fábrica, y podemos contribuir a conseguirlo.
¿Cómo podemos hacerlo?
Cuando vayamos a comprar un balón, podríamos mirar antes dónde se ha fabricado e informarnos, con la ayuda de un adulto, a través de estas organizaciones https://ropalimpia.org o https://cleanclothes.org/ si esa marca emplea o no trabajo infantil en la fabricación de sus productos. La marca de los balones que hemos comprado este año en el instituto no indican su procedencia, por eso vamos a escribir una carta a la empresa pidiendo esa información.